Mente, cuerpo y Alma

Nuestra vida humana está compuesta por el complejo mente-cuerpo-alma.

Desde mi mirada, somos almas encarnadas en un cuerpo, que venimos a esta plano a vivir una experiencia humana. De nuevo: somos almas, que estamos de paso por este cuerpo.

Todos buscamos ser felices, soy un convencido que detrás de toda acción y objetivo, está el objetivo primordial de ser felices. Yo me sumo a este grupo. Y para ello considero crucial tener en cuenta que somos un complejo de mente , cuerpo y alma. Pues necesitaremos la armonía de los tres para vivir en plenitud y con esa felicidad que todos queremos.

Armonía entre los tres

Si tu cuerpo no esta bien, por más espiritual que seas, no vas a estar en armonía. Y si tu cuerpo es atletico sano y esbelto pero tenes un vacío existencial que no podés comprender ni rellenar, tampoco estarás en armonía.

Una vida plena necesitará que estemos atentos a cuidar nuestro cuerpo, pues es el contenedor del alma. Tener una mente liviana que juegue a favor nuestro lo máximo posible, y una vida conectada con la espiritualidad, con el todo, con Dios.

Permitir a nuestra Alma, a nuestro Ser, hablarnos desde lo más profundo de nosotros mismos y recordarnos de todo lo que llevamos dentro. Desde una mirada espiritual el camino de la vida es , fundamentalmente, hacia adentro.

El desafío es  conectar con tu centro. Meditando, rezando, sirviendo a tu prójimo o simplemente mirando a la naturaleza. De la manera que sientas. Abriendo esa puerta al infinito , conectado con el todo que te rodea.

Cuidar tu cuerpo te hace mas liviano en tu mente, lo que hará que tengas más pensamientos que te eleven y le ganen espacio a los pensamientos que te estresan. Una mente más liviana da lugar a la conección con tu Alma, que siempre está ahí sin importar lo que pase en tu mente y en tu cuerpo. Por lo tanto cuidar de ellas es un camino certero hacia esa armonía.

Pues aunque somos Almas, estamos en este plano para atravesar esta experiencia humana, en la que cada dia es parte de tu evolución, en la que cada problema, es en realidad una lección.

Un gran abrazo,

Gus